"Quiero
volver a Italia con mi nieto y que vea Nápoles. Quiero que él sepa lo que ha
hecho su abuelo y que no es recordado como un evasor fiscal. Quiero creer en la
Justicia. Quiero pedir a la Justicia poder caminar libre por Italia y por
Nápoles", dijo Maradona.
El
"Pibe de Oro" sigue desatando pasiones en Italia y sobre todo en
Nápoles, y a la entrada del hotel en la que convocó a la prensa cerca de 300
aficionados coreaban aún su nombre.
El
fisco reclama a Maradona más de 30 millones de euros, por la falta de pago del impuesto
sobre la renta de las personas físicas entre los años 1985 y 1990, cuando el
argentino jugaba en el Nápoles, una deuda que era en un principio de 13.000
millones de las viejas liras y que ha aumentado al sumarse los intereses por la
demora del pago.
Maradona
siempre ha argumentado que él no se ocupaba de estos asuntos fiscales y que
quien lo tenía que hacer (acusa directamente al presidente del club de entonces
Corrado Ferlaino y su representante Guillermo Coppola) no se ocupó y no le
avisó.
El
abogado de Maradona, Angelo Pisani, reiteró que el exjugador "nunca
recibió notificación alguna sobre el dinero que tenía que pagar".
El
exfutbolista argentino, que llegó ayer a Italia procedente de Dubai, donde
reside, aseguró a la prensa que su viaje es sólo para decir que es
"inocente" y que "no debe una lira a la Hacienda italiana"
y que no va a reunirse ni con el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis,
ni con el alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris.
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