En cuestión de horas, Félix Hernández cambió su semblante. Aunque trató de no hacerse demasiadas expectativas en un principio, el “Rey” recibió con beneplácito una noticia que quería escuchar desde el año pasado, se había convertido en el segundo venezolano en conquistar un Premio Cy Young en las Grandes Ligas.“La verdad, estoy muy contento porque creo que se reivindicó el premio. Considero que este galardón es para el pitcher más dominante, y así fue”, relataba un sonreído Félix con la tranquilidad que le confiere haberse erigido como el mejor lanzador de la Liga Americana en 2010..
La casa de Félix parecía el escenario de una fiesta: familiares, amigos y periodistas entraban constantemente, mientras el anfitrión los atendía uno a uno, como lo venía haciendo desde hacía media hora cuando se enteró de la noticia. “Me enteré de la noticia porque me llamaron por teléfono y Sandra, mi esposa, atendió y me dijo que era un gringo, y ahí supe que me lo había ganado”, dijo el carabobeño. “Este año no me hice muchas expectativas, creo que me la hice más el año pasado y no pude ganármelo. Mi primera meta era llegar a las Grandes Ligas y lo logré, la otra era mantenerme y pude hacerlo, y ahora me gané este premio”, apuntó el as de los Marineros de Seattle.Félix admitió que sus números este año fueron superiores a los de 2009, pero,¿qué cree él que pudo haber sido la diferencia entre una y otra temporada?“Pienso que muy poco, tal vez que este año fui un pitcher más agresivo”, destacó Félix, que dijo no haber sentido frustración por el poco soporte ofensivo que le dio su equipo. “Lo mío es meritorio porque vengo de lanzar en uno de los equipos que menos carreras anotó en la historia. Siento que no fue frustrante el hecho de haber recibido poco apoyo ofensivo porque son cosas que escapan de mi control. Recuerdo que mis compañeros me decían que me quedara tranquilo que ya no era mi culpa”.
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El “Rey” estaba entronizado, había hecho de su casa en El Morro su palacio, y acababa de recibir su trono, el Cy Young que lo convierte en el soberano entre los pitchers de la Liga Americana. Desde esa perspectiva analiza las posibilidades que tenían sus rivales por el premio. “Creo que tanto Sabathia como David Price, e incluso el propio Jon Lester y Cliff Lee, tuvieron buenos números, pero al final se fijaron en elementos distintos a las victorias y de verdad les agradezco mucho a los votantes haberme tenido en cuenta para darme el premio”.Félix les da crédito a los rivales, pero también hace una observación a uno de sus disidentes más notables, el ganador del Cy Young de la Liga Nacional, Roy Halladay. “A Halladay solo le puedo decir que vea quién es el ganador del Cy Young de la Liga Americana”, dijo con una sonrisa pícara, como quien pudo sacarse algo que llevaba por dentro. “De verdad, lo respeto mucho como pitcher, porque es un gran lanzador, ganador también de este premio, pero tiene que darse cuenta de que las victorias no son un factor que dependa netamente de uno”, prosiguió.Un momento emocionanteFélix cuenta que el momento en que se enteró de la noticia se tradujo en un coctel de emociones que sintió en ese instante. “Cuando supe irrumpí en llanto y en seguida me reuní con mi familia, le doy gracias a Dios por esta alegría tan inmensa”.No tenía muchas expectativas, lo reitera con vehemencia, pero lo que sí no puede ocultar es la seguridad con que se refería a sí mismo acerca de su desempeño. “Si tuviera que votar por alguien este año, lo hubiera hecho por Félix Hernández”, había dicho a tempranas horas apenas llegaba al país. Ese pensamiento lo tuvieron también 21 votantes que le dieron el primer lugar.¿Cómo cambia el premio la carrera de Félix Hernández? “Trataré de seguir siendo el mismo lanzador, pero debo trabajar muy duro porque espero seguirme ganando más premios de este tipo para Venezuela”.Con un premio en la mano, Hernández se puede dar el lujo de pensar a futuro en más galardones; no obstante, los últimos días de septiembre ni siquiera pensaba en eso, había tenido una sola meta, la de llevarse la corona de ponches. “De verdad que casi ni revisaba las estadísticas, la única que veía con mucha frecuencia era la de los ponches, porque estaba compitiendo con un amigo mío, como lo era Jarred Weaver. Me quedaba una salida más y no pude hacerla, el mánager prefirió que no la hiciera, aunque yo me sentía bien, por eso es que faltaron dos ponches”.S
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uena el teléfono y Félix debe levantarse a atender a los medios estadounidenses que querían tener las primeras impresiones del nuevo Cy Young de la Americana. Luego de eso seguiría dedicándole tiempo a su familia. “Hoy quiero celebrar y compartir esta alegría con mi gente en casa. Mañana veré”. Parte de la nueva vida de un rey que desde ayer tiene corona.Los momentos más destacadosFélix Hernández repasó cuáles fueron los momentos más importantes durante el año, los que atesorará en el cofre de la memoria indeleblemente. “Creo que este ha sido un año muy bonito en el que siempre voy a recordar muchas cosas. En primera instancia, los tres juegos que gané en Nueva York, porque fueron muy duros y ante uno de los equipos con la mejor ofensiva de la liga”, dijo el “Rey” sobre el yugo que mantuvo sobre los Yanquis. En segundo lugar, el carabobeño sacó a relucir otra pieza de la memoria, esta vez, un milestone o marca personal. “Nunca olvidaré el día en que le tiré un ponche a David Ortiz en Boston que después se convertiría en el 1.000 de mi carrera”. El tercer recuerdo no se trata tanto de algo que le pasó, más bien de algo que proyecta a futuro. “Estuve a punto de tirar un no hit no run, y es algo que aunque no pude conseguir, viene por ahí, no sé si este año que viene o el próximo”, sentenció así con aplomo, el mismo que muestra cada vez que se para en un montículo de Grandes Ligas.Recuerdos aparte, al “Rey” todavía le quedan unos meses para descansar antes de retomar la escritura de su leyenda en las Grandes Ligas.
Fuente: Liderendeportes.com.ve
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